martes, 1 de septiembre de 2009

La fe apesta...

La fe apesta al igual que la pobreza. Pues así, Cristo se abajó, se hizo apestoso (sin que apestara) por eso lo amo como "mierda". Persona que sintonice esta expresión se dará cuenta de lo bien que hablo. Esto no es herejía, es fe desde la cantina, desde el lugar donde confluyen renegados (no por cuenta propia, sino por efecto de la vorágine social, político, económico, cultural...) decepcionados, cansados, adictos, jubilosos, sátrapas, crápulas, gente golpeada por la vida que pide a gritos ser oída, atendida, reconocida, amada, gente que necesita oportunidades. Hablo en nombre de aquellos que con la boca te dicen eres una basura pero con el corazón te bendicen (se arrepienten, pues, no son malos, son hijos de Dios, también)

¡¡Es que soy humano, Señor, pecador me concibió mi madre!! Tú amas a esta gente, viniste por nosotros. Haz que nos demos por enterado no por palabras piadosas de predicadores afareisados, sino a través de hechos concretos con justicia y dignidad, nada de dádivas, todo con misericordia y amor.
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¿Qué pretendo yo si soy una mierda? Me pides ser así si no viví así. Me está costando tanto ser así que si no fuera por ti, todo esto lo mandaría a la mierda. Nada más te pido, mi Señor, ayúdame a ser así, como tú, con mi ser, con mis aciertos y errores. Estoy cansándome, tu sendero se torna cada vez más estrecho, hay presión. Temo a mi prójimo, temo al que hiciste a tu imagen y semejanza, temo a mis conocimientos, estos me turba, me placen, me hacen ser así, pero usted me pide ser así, ¿acaso no puedo ser así? ¡oh mi Señor! quiero ser así. Qué es lo que hago yo seduciendo a la vida, qué es lo que hago yo construyendo mi vida así, ¿eso me pides ser? ¿o yo te pido ser eso? ¡Oh, Señor! ¿quién te comprende? ¿el santo? ¿el pecador? ¿el bueno? ¿el malo? ¿el mendigo? ¿el ricachón? ¿el necio? ¿el sabio? ¿el alegre? ¿el triste? ¿el varón? ¿la mujer? ¿el niño? ¿el adulto? ¡CLARO! ninguno de ellos te comprende; pero tú, Señor, sí comprendes a todos ellos, incluso a mí... ¡He ahí que me derrito por ti!, ¡es ahí donde te comprendo, no antes! ¡tú eres primero, no pretendo ser yo el primero! ¡NO!
¿DIOS ES LO QUE YO PIENSO, CREO Y SIENTO?
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