viernes, 11 de septiembre de 2020

EL PROYECTO DE VIDA DA SENTIDO A LA VIDA


Los humanos como seres pensantes, conscientes y volitivos, nos movemos y existimos bajo el orden, el cuidado y la planificación. De lo contrario, viviríamos como los animales. ¿Cómo, de qué, para qué vivo yo? Las respuestas resultan la cuestión clave en la vida: vivo para pasarlo lo mejor posible; vivo para ayudar; vivo por vivir; vivo porque todos lo hacen... Esta es la cuestión. ¿Qué proyecto de vida es lo que da sentido a mi vida? Abunda la gente que tiene, como proyecto de vida, pasarlo lo mejor posible. Y hay gente que lo que quieren es ayudar por humanidad o desde la fe. Hay otros que solo subsisten, sobreviven...

Vivir sin un proyecto de vida es como no vivir bien, simplemente se está viviendo sin propósitos alguno, no tiene motivaciones más que pasarla bien, llenar su barriga y no pensar en el mañana, también.

La ventaja de vivir bajo un plan o proyecto de vida, motiva, anima, da sentido a la vida porque uno se levanta con agrado y gusto para alcanzar, poco a poco aquella meta que, dentro del proyecto, se tiene trazado. De tal modo, las acciones realizadas día a día, cobran sentido, y lo que se hace, se hace bien, con agrado. El trabajo cotidiano, los negocios en general, resultan placenteros porque tienen sentido.

Hay proyectos a corto, mediano y lago plazo. El primero, es satisfacer el cuerpo (alimentos, salud, vestido...). El segundo es la vida social (una profesión, trabajo, amistades, diversión). El tercero es lo más extenso y profundo, la familia, la casa, las adversidades de la vida (salud, jubilación, vejez, muerte). Cada etapa tiene su tiempo, el corto plazo es cotidiano, permanente. El mediano plazo es la mitad de la vida, y el de largo plazo es lo más duradero. Las tres etapas se encuentran en el mismo proyecto, en uno mismo. El secreto está en hacerlo realidad.