Ética y estética hoy en día, en
plena posmodernidad, demandan al ser humano hacer de su vida una espiritualidad
para desarrollarse en la sociedad; por ello, la política como la parte
globalizada de la ética es la que brinda a la sociedad facilidades de
convivencia armoniosa y justa. Pero, ¿qué es la ética? Es la que da sentido a
nuestra vida, es el arte de vivir bien. Y vivimos bien por medio de las
virtudes (justicia, prudencia, templanza, fortaleza, amistad…) estas nos ayudan
a controlar las pasiones (ira, celos, miedo, gozo, envidia, placer, rabia…).
Las pasiones son naturales, nacemos con ellas; pero las virtudes son adquiridas
por medio de los buenos ejemplos, a través de la educación en la familia y en
la escuela.
La estética consiste en verse
bien, sentirse bien uno mismo frente a los demás y los demás con nosotros. De
este modo, la ética y la estética se deben interiorizar en la persona, hacer de
ellos su espiritualidad. ¿Y qué entendemos por espiritualidad? Es profundizar
nuestro ser trascendentes, es alcanzar los valores éticos, como la libertad, el
amor, la amistad, la vida, el respeto, la felicidad… Ahora bien, si unimos
espiritualidad, ética, estética y posmodernidad resulta una persona preparada
para vivir y convivir bien porque ha encontrado el sentido a su vida dentro de
la vida.
La posmodernidad se caracteriza
por el relativismo ético, el hedonismo, individualismo, consumismo y nihilismo.
Sociedad avasallada por la corrupción generalizada. Por lo tanto, la
espiritualidad para este tiempo consiste en ser personas éticas; y se logra la
ética mediante la auto-reflexión, la contemplación, la meditación de las cosas
en sí, tomando conciencia de la bondad de cada acto. Son los grandes maestros
espirituales quienes nos muestran ser éticos: Abraham, Homero, Buda, Sócrates,
Jesucristo, Mahoma, Maister Eckhart, San Francisco, Kant, Dalai Lama… Todos
ellos han respetado y valorado la vida, han alcanzado trascender lo inmanente
y, por su puesto, han encontrado el sentido de vivir bien, en comunidad, que
para eso es la ética: vivir bien unos con otros.