En nuestro Perú, al conocer los
casos de personas infectadas por el coronavirus (covid-19), las medidas comenzaron a darse
oportuna y firmemente por parte de nuestras autoridades. Se nos recomendó el constante
y correcto lavado de manos, una distancia prudente entre personas, el
aislamiento social obligatorio y otras disposiciones como paralizar el trabajo
fuera de casa, salvo aquellos de atención básica como salud, limpieza,
alimentos, combustibles y seguridad.
Como reza el dicho “la costumbre
es más fuerte que el amor”, cambiar ciertas conductas humanas e imponer nuevas
conductas, nos está costando mucho con la aparición de este virus, que nos
exige cambiar o superar costumbres muy fijados en nuestra vida cotidiana. Requiere
bastante esfuerzo para hacerlo. Pero, ¡ojo! si no lo hacemos, el coronavirus
ganará el desafío.
Esta pandemia, aparte de ser un
problema médico, es un problema de conducta humana. Por ello, detener y eliminar
la propagación de este virus implica cambiar conductas. Sin embargo, a las
personas habitualmente nos cuesta cambiar ciertas conductas. Como por ejemplo:
lavarnos las manos con jabón antes de ingerir alimentos, después de utilizar
los servicios higiénicos, estornudar cubriéndonos la cara, estar apretujados en
los vehículos de transporte masivo, colas en entidades de atención al público,
escupir al suelo, auto-medicarnos y, sobre todo, pensar en nosotros mismos y no
en los demás (compra compulsiva y acaparador de útiles de higiene y alimentos
básicos).
¿Qué conductas humanas son las
que debemos desarrollar frente al coronavirus? Para evitar el pánico, tener
serenidad; para superar el miedo o mostrar conductas irracionales, estar
informado con fuentes confiables. Y lo más saludable es respetar las
disposiciones de nuestras autoridades, ayudarnos entre nosotros, colaborar con
los miembros de las fuerzas armadas y, en casa, ser creativos para no estar
aburridos ni en situación de estrés.
Son estas las situaciones donde
la creatividad y la capacidad humana se ponen a prueba para superar esta crisis
humanitaria. Los humanos aprendemos de otros permanentemente, por eso, imitemos
las buenas conductas, reconozcamos a aquellas personas que dan buen ejemplo
ante toda adversidad. No seamos parte del problema, desacatando las normas; sino
que seamos parte de la solución, acatando las normas. Porque es mucho mejor
encender una vela que maldecir la oscuridad.