La alegría más intensa de la vida brota cada vez que las acciones realizadas, por más simple que sean, alcanzan la felicidad de los demás. Es como decir: "es bueno hacer el bien a una persona; pero, es mucho mejor hacer el bien a muchas personas". La alegría amplía la capacidad de gozar bien y nos permite encontrar gusto en diversas realidades. Y todo esto solo sucede en las personas que tienen la conciencia y el corazón elaborados de tal modo que combinan la realidad con la virtualidad sin alterar los resultados.
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