domingo, 2 de abril de 2017

POR ESO ADORO EL SILENCIO, Contemplar mejor.

(Adaptado desde José María Castillo: Importancia del Silencio, en www.feadulta.com)


Nos damos cuenta que en los pasillos de los centros médicos vemos muy a menudo un aviso de una enfermera pidiéndonos guardar silencio, pues Florence Nightingale, pionera de la enfermería moderna, dijo que “el ruido innecesario es la falta de atención más cruel que se le puede infligir a una persona, ya esté sana o enferma”. Ahora la neurociencia ha confirmado que nuestro cerebro necesita el silencio casi tanto como nuestros pulmones el oxígeno. Porque…

…El silencio contribuye a regenerar el cerebro. Hasta hace poco se pensaba que las neuronas no podían regenerarse y que nuestro cerebro estaba condenado a un declive progresivo e inexorable. Sin embargo, con el descubrimiento de la neurogénesis todo ha cambiado, y ahora los neurocientíficos se centran en descubrir qué puede promover la regeneración neuronal. Ellos comprobaron que en el cerebro de los ratones que se quedaban en silencio durante dos horas cada día crecían nuevas células en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las emociones y el aprendizaje. Por tanto, reservar algunos minutos al día para estar en completo silencio podría ser muy beneficioso para nuestro cerebro, ayudándonos a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los cambios.

…El silencio permite que el cerebro le dé sentido a la información. Nuestro cerebro tiene una “red por defecto” que se activa cuando estamos descansando. Esa red se encarga de evaluar las situaciones e información a la que nos hemos expuesto a lo largo del día y las integra en nuestra memoria o las descarta si son irrelevantes. También es la principal responsable de los destellos de genialidad ya que se encarga de ir atando cabos y buscar soluciones a los problemas. Recientemente, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que esa red se activa de forma especial cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, por lo que sería esencial para reafirmar nuestra identidad. Estos investigadores también apreciaron que la red por defecto se activa cuando estamos en silencio y con los ojos cerrados ya que cualquier estímulo del medio que nos distraiga la “apagaría”.

…El silencio es el mejor antídoto contra el estrés. El ruido provoca una activación de la amígdala, la cual responde estimulando la producción de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que incrementan nuestro nivel de estrés. Por eso, no es extraño que los niños que viven en zonas cercanas a los aeropuertos, donde hay mucho ruido, son más vulnerables al estrés. De hecho, estos niños tenían una presión arterial más alta y niveles más elevados de cortisol. Afortunadamente, el silencio tiene el efecto opuesto en nuestro cerebro. Mientras el ruido causa tensión y estrés, el silencio tiene un efecto sanador y relajante. Así lo comprobaron investigadores de la Universidad de Pavia, quienes descubrieron que tan solo dos minutos en silencio absoluto son más beneficiosos que escuchar música relajante y provocan una mayor disminución de la presión sanguínea.


Por tanto, ahora que lo sé, yo disfruto, adoro el silencio, pero un silencio habitado, no muerto. Mi cerebro, mi cuerpo y mi mente me agradecen por procurar hacer silencio. Y tú, ¿haces silencio?

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