viernes, 14 de octubre de 2011

Decide ser felizzzz

DECIDE SER FELIZ

Una anciana de 92 años, completamente vestida cada mañana a las 8 en punto con su cabello arreglado y el maquillaje perfectamente aplicado y ya ciega, se muda hoy a un asilo. Su esposo de 92 años murió recientemente, lo que motivó la mudanza. Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del asilo, sonrió dulcemente cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.

Mientras se desplazaba con su andadera hacia el elevador, le di una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana. “Me encanta" afirmó con el entusiasmo de un niño de 8 años al que le acaban de entregar una nueva mascota.

Sra. Mayra, no ha visto el cuarto... ¡espere! "Eso no importa", respondió. "La felicidad es algo que decides con el tiempo. Si me gusta o no mi cuarto no depende de cómo estén arreglados los muebles... depende de cómo arregle mi mente. Ya decidí que me gusta... Es una decisión que hago cada mañana cuando me levanto. Tengo la elección; puedo pasar el día en la cama repasando la dificultad que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que sí funcionan". "Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocaré en el nuevo día y los recuerdos felices que he almacenado... sólo por ésta vez en mi vida."

Moraleja: La vejez es como una cuenta de banco: tú retiras de ella lo que has depositado. Así que mi consejo sería que deposites una gran cantidad de felicidad en la cuenta de tu memoria.

Gracias por tu parte para llenar mi banco de memoria... ¡Todavía hago depósitos!
Y recuerda las 5 simples reglas para ser feliz:
1. Libera tu corazón del odio.
2. Libera tu mente de preocupaciones.
3. Vive sencillamente.
4. Da más.
5. Espera menos.

Piensa en algo: ¿Te has dado cuenta que si murieras mañana, la institución, empresa o compañía para la que trabajas ¿podría reemplazarte fácilmente en cuestión de días? Pero la familia que dejamos atrás sentirá la pérdida por el resto de su vida. Y hablando de eso, ponemos más de nosotros mismos en el trabajo que en nuestras propias familias, realmente una mala inversión, ¿no crees?...