miércoles, 27 de diciembre de 2017

¿VERDAD ES LA REALIDAD?

Nuestra mente no captura la realidad porque ella –mente- es trascendental, es decir, ve más allá de la realidad. Lo más que puede hacer es elaborar sistemas de creencias a partir de lo que es: yo. Mente es uno mismo, mente soy yo, mi yo. Entonces la mente está rodeada de las experiencias, contexto y anhelos. Y la realidad solo es, sin recuerdos ni anhelos. He ahí el dilema de la verdad, porque para unos es tal o cual cosa, distinto para otros. Hablo de la verdad plena, no de esa verdad meramente científica, que con sus dogmas sistémicos nos presentan la verdad conforme a la realidad; pero, repito, el ser humano no es solo realidad presente, es realidad pasada, realidad presente y realidad futura. El resultado es que todas las personas creen estar en la verdad. Y en cierto modo es así: cada una tiene la suya. Sin embargo, ninguna verdad sustentada por la mente es real. Es solo una construcción mental, que proyecta fuera lo que ella percibe. Y de esa manera crea un mundo acorde con sus propias creencias, juicios, preferencias.

Por tanto, tenemos esa creencia que vivimos en la idea de que yo soy el centro del universo, la persona más real e importante que existe. Todo lo que llamamos el mundo, en el sentido más amplio del término- se encuentra fuera, lo que vivimos nosotros viene revestido de una impresión de certeza inmediata e irrevocable. Empero, esa misma idea del yo es ya una construcción mental, porque lo que llamamos yo no es sino un pensamiento más, creado por la mente y sostenido por la memoria.


Qué es entonces lo real. Lo real es lo que es. La vida sin más añadidos, que se despliega constantemente dando lugar a infinitas formas. Del mismo modo que la materia es, en último término energía, y esta a su vez es solo información (conciencia), todas las formas que perciben nuestros órganos y que nuestra mente conceptualiza, no son sino vida. Ahora bien, la sabiduría consiste en reconocerse en el plano profundo y, desde ahí, vivir el despliegue del mundo aparente, en un sí constante a la vida, en un vivir el presente pensando en el futuro, no solo vivir el presente, como hacen los animales, sino que vivimos el presente y nos diferenciamos de los animales, porque nos proyectamos al futuro, recordando el pasado, claro está.